Durante años, la energía nuclear francesa se consideró una fuente constante e inmutable de generación base.
Pero a medida que las renovables crecen y los precios varían más a lo largo del día, la flexibilidad nuclear se ha vuelto parte esencial del equilibrio diario de la electricidad en Francia. ¿Hasta dónde podrá adaptarse la flota antes de que la edad y el desgaste impongan límites?
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Puntos clave
- La flota nuclear francesa ya se ha adaptado a las renovables. Ahora ajusta su producción diariamente con la solar, pasando de una variación media de 1,5 GW en 2022 a 6 GW en 2025.
- Esta flexibilidad nuclear ayuda, pero no elimina la volatilidad causada por la solar. Los precios negativos y las diferencias intradiarias van en aumento.
- Con el crecimiento de la solar al mediodía, los ajustes más profundos ponen el foco en la durabilidad y los costes.
- Las extensiones de vida útil nuclear determinarán el equilibrio del sistema eléctrico. Sus resultados definirán el rol del almacenamiento mientras los reactores de nueva generación aún tardan años en llegar.
1. La flexibilidad nuclear intradiaria se ha vuelto la norma en Francia
En 2025, la flexibilidad nuclear pasó a ser la norma.
La nuclear ya no es solo una fuente fija de base, sino parte del equilibrio diario del sistema. A medida que sube la solar, los reactores reducen su producción al mediodía y la incrementan por la tarde.
Las variaciones diarias en la producción nuclear han crecido notablemente, con un promedio de 6 GW en 2025 frente a 1,5 GW en 2022.
Esta flexibilidad es estacional. Se observan dos tendencias en aumento:
- El efecto nivel se amplía. Los reactores operan con mayor potencia en invierno y menor en verano, y esta diferencia estacional se ha intensificado en los últimos años.
- El efecto forma se acentúa. La nuclear reduce más su producción al mediodía a medida que crece la solar y se recupera por la tarde, especialmente en verano. En invierno, los perfiles se mantienen más planos, con solo ligeras caídas al mediodía.
A medida que la capacidad solar y las importaciones al mediodía siguen creciendo, los requisitos de ajuste aumentarán. Hasta ahora, la flota nuclear ha podido adaptarse. Pero rampas diarias más pronunciadas seguirán alejando a los reactores de su operación estable, lo que podría afectar los ciclos de mantenimiento y la longevidad técnica.
2. La flexibilidad nuclear depende de los precios y se concentra en pocas unidades
La flexibilidad nuclear en Francia es intencionada. Como operador monopolista nacional, EDF gestiona la flota nuclear y puede ajustar la producción según las señales del mercado.
La Comisión de Regulación de la Energía (CRE) estima que el coste marginal a corto plazo relacionado con el combustible de la flota nuclear es de 8€/MWh.
En la práctica, los recortes ocurren cuando los precios se acercan o caen por debajo de cero. Esto sugiere que las decisiones de modulación de EDF van más allá del coste marginal del combustible, combinando incentivos de mercado con estrategia y limitaciones operativas.
Esta flexibilidad absorbe parte del excedente solar, pero no elimina las diferencias de precios impulsadas por la solar al mediodía. Francia ha registrado 436 horas con precios negativos en 2025 hasta el momento, lo que indica que los mínimos extremos son cada vez más frecuentes, manteniendo atractivo el arbitraje mayorista para los sistemas de almacenamiento.
Los precios del mercado diario y la producción nuclear se mueven de forma muy correlacionada, reduciéndose la generación a medida que caen los precios. El 10 de agosto, la producción cayó al 41% cuando el precio diario alcanzó −50€/MWh.
Sin embargo, esta flexibilidad no se distribuye de manera uniforme en toda la flota nuclear. EDF concentra la modulación en un grupo de reactores, enfocando el ajuste donde resulta menos costoso.
La central de Cruas ilustra este margen de maniobra. El 10 de agosto, cuando el mercado mostró un gran exceso de oferta y los precios cayeron a -50€/MWh, la planta de Cruas, normalmente estable, redujo su producción, demostrando la capacidad de EDF para ajustar la flota nuclear en profundidad.
¿Por qué algunos reactores son más flexibles que otros?
La flexibilidad de los reactores depende de varios factores:
- Las centrales nucleares cuentan con varias unidades. Los operadores reparten la flexibilidad entre reactores, concentrando los ajustes en una unidad mientras otras mantienen su producción.
- Cerca del final del ciclo de combustible, el margen de reactividad se reduce, por lo que los operadores suelen limitar la profundidad y frecuencia de los ajustes, como señala la Agencia de Energía Nuclear.
- La ubicación en la red y el papel en el redispatch: la posición geográfica del reactor en la red influye en la frecuencia con la que se le pide ajustar la producción, independientemente de los precios.
- Las condiciones operativas y de mantenimiento específicas de cada unidad pueden limitar la flexibilidad. Por ejemplo, los hallazgos de corrosión por esfuerzo en 2022 llevaron a reducir preventivamente la ventana de ajuste en plantas afectadas.
La distribución desigual de la flexibilidad entre reactores sugiere que EDF aún tiene margen para ampliar los ajustes en unidades que actualmente operan con poca modulación. Sin embargo, esto implica un esfuerzo sostenido que aumenta el desgaste y los costes, elevando el coste nivelado de la electricidad (LCOE) nuclear.
La durabilidad también es una preocupación. Los estudios muestran que los ajustes más profundos y frecuentes incrementan el estrés en las unidades envejecidas, desplazando el foco de la operación diaria a la cuestión de cuánto tiempo podrá seguir funcionando la flota.
3. La flota nuclear francesa se acerca a un precipicio de capacidad
La flota francesa se desarrolló rápidamente tras la crisis del petróleo, con 56 reactores entrando en operación en dos décadas. El resultado fue un sistema eléctrico barato y bajo en carbono, que suministró el 78% de la generación eléctrica en 1990 y todavía representa el 65% en 2024.
Como la mayor parte de la capacidad se incorporó en un periodo corto, muchos reactores envejecen en paralelo. Esto genera un posible precipicio de capacidad a medida que se acercan a la jubilación.
La hoja de ruta actual de Francia se basa en mantener sus reactores existentes en funcionamiento durante más tiempo. Ampliar su vida útil hasta cincuenta años, e incluso más allá de sesenta cuando sea posible, es clave para mantener la capacidad mientras los reactores de nueva generación aún tardan años en construirse.
Cada extensión de diez años está sujeta a una revisión estricta e independiente por parte de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN). Los ajustes más profundos y frecuentes aumentan el desgaste mecánico, lo que puede influir en estas revisiones y, en última instancia, poner en riesgo las extensiones de vida útil.
En este contexto, los resultados de capacidad dependen de dos variables: hasta dónde pueden llegar de forma segura las extensiones en la flota existente y el ritmo y escala del programa EPR2 del gobierno (reactores europeos presurizados de nueva generación).
Mirando al futuro
La combinación eléctrica de Francia entra en una fase crucial. A medida que avanzan las extensiones de vida útil y los nuevos reactores siguen lejanos, el equilibrio entre la estabilidad nuclear y el crecimiento renovable definirá la próxima década.
Si la flota resiste, la nuclear mantendrá los precios estables y las baterías se centrarán en reservas y optimización de la red. Si el envejecimiento y la mayor flexibilidad acortan la vida de los reactores, el almacenamiento será esencial para cubrir el hueco y apoyar la generación a medida que avanza la electrificación.