Esta semana, Ofgem aprobó el plan de ESO para gestionar las colas de conexión a la red. Se trata de un paso crucial para resolver uno de los problemas más importantes de la industria en la actualidad.
Actualmente, la cola de conexiones a la red de transmisión contiene más de 400 GW de capacidad, con fechas de conexión propuestas para algunos proyectos a más de una década vista. 75 GW de esta capacidad provienen de proyectos de almacenamiento de baterías independientes. La cola determina el momento más temprano en que los nuevos proyectos pueden conectarse a la red de transmisión. Existen colas similares para las conexiones a redes de distribución.
El principal factor detrás del tamaño de la cola de conexión ha sido el enfoque de “orden de llegada” utilizado por el ESO para conceder conexiones a la red. El ESO y Ofgem han señalado que este enfoque ha significado que:
- No se consideraba la preparación del proyecto al solicitar una conexión.
- Se incentivaba entrar en la cola para mantener una posición sin avanzar realmente con el proyecto.
- Más del 60% de las solicitudes probablemente no se materializarán.
- El tamaño de la cola no representa la capacidad futura real.
A principios de 2023, el ESO anunció su plan de cinco puntos para abordar estos problemas. Dos de estos puntos se centraban en gestionar y reducir la cola de conexiones a la red. La semana pasada, el ESO anunció que Ofgem aprobó la cuarta parte a través de CMP376. Esto permitirá al ESO eliminar de la cola aquellas conexiones que avancen lentamente, liberando espacio para quienes cumplen los hitos establecidos.
¿En qué consiste realmente la nueva gestión de colas?
Los proyectos nuevos y existentes con fechas de conexión posteriores a noviembre de 2025 podrían perder su lugar en la cola si no cumplen los hitos fijados por el ESO. Las fechas de estos hitos dependen de la fecha de conexión acordada.
El ESO rescindirá el acuerdo de conexión de cualquier proyecto que no cumpla las fechas de los tres primeros hitos. Si se incumple alguno de los cuatro hitos finales, el ESO revisará la rescisión del acuerdo y el desarrollador deberá aportar pruebas que justifiquen el retraso. Existe un proceso de apelación para los proyectos cuyos acuerdos de conexión sean rescindidos.

Los proyectos afectados por este cambio tienen seis meses para solicitar una nueva fecha de conexión a la que puedan comprometerse de forma realista. Una vez fijadas las fechas de conexión, solo podrán modificarse en circunstancias excepcionales.
Para los acuerdos actuales con fecha de conexión anterior a noviembre de 2025, el ESO ha solicitado a la consultora de ingeniería DNV que revise estos proyectos y determine si es probable que cumplan con su fecha de conexión. En caso contrario, el ESO buscará posponer o rescindir el acuerdo de conexión.

¿Qué impacto tiene esto?
Con la aprobación de este cambio, el ESO y Ofgem esperan no solo reducir el tamaño de la cola de conexión a la red, sino también:
- Incentivar solicitudes de conexión “listas para ejecutar”.
- Motivar a los desarrolladores a avanzar con los proyectos en vez de bloquear la cola.
- Animar a los desarrolladores a buscar fechas de conexión realistas, lo que dará al ESO una visión más clara de los plazos.
- Permitir que los proyectos más avanzados pasen al frente de la cola.
Estos cambios entrarán en vigor el 27 de noviembre y se espera que aceleren el desarrollo de proyectos de baterías, ya que los proyectos “listos para construir” podrían avanzar en la cola. Si el ESO logra implementar el resto de su plan de cinco puntos, esto podría aliviar uno de los mayores retos para la industria de almacenamiento de energía con baterías.




